El miércoles de ceniza; los cristianos, al recibir la ceniza, entran en el tiempo establecido para purificar el alma, y así prepararse para vivir el misterio pascual de Cristo, desarrollado en la contemplación del Triduo Pascual. 

Esta expresión de penitencia significa la condición del hombre pecador, que confiesa públicamente su culpa delante de Dios; y así́ manifiesta su voluntad interior de conversión, impulsado por la esperanza de que Dios sea clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad. Con este mismo signo comienza el camino de la conversión, que llega a su meta por la celebración del sacramento de la Penitencia en los días que preceden a la Pascua.

En la Arquidiócesis de Tunja, nos preparamos para reconocer con humildad nuestra pequeñez ante la grandeza de Dios, y con ello, establecer una vivencia consciente de nuestra humanidad, teniendo siempre presente que nuestro mayor anhelo es estar en la gracia de aquél que se entregó por amor a nosotros en una cruz.

Descargue la guía litúrgica para celebrar este momento significativo en su comunidad:


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