Hoy no es un domingo cualquiera: celebramos la **Exaltación de la Santa Cruz**. Un madero convertido en escándalo… que hoy es signo de amor.

Jesús no rehuyó la cruz: la abrazó. No porque amara el dolor, sino porque sabía que a través de ella vendría la redención. “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo…” (Jn 3,16). La cruz no es castigo: es **ofrenda de amor**.

Quien mira la cruz desde la fe, no ve sufrimiento, sino entrega. No ve muerte, sino vida nueva.

**Aplicación pastoral:**
– Profundizar en el sentido redentor de la cruz en catequesis.
– Procesiones o jornadas de contemplación de la cruz.
– Acompañar a quienes viven su propia cruz con presencia activa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar

Vivir la humildad en lo cotidiano

Hoy la Palabra de Dios nos pone frente a una virtud que…

El profeta en su pueblo: la fe que desarma y cura

Pensemos en Nazaret: un pueblo pequeño, limitado geográficamente y mentalmente. Allí vuelve…

Llamados desde la mesa

Mateo estaba en su mesa de recaudador, ajeno al mundo espiritual. Y…