La Arquidiócesis de Tunja se une hoy a la gran colecta universal por la misión

Hoy, 19 de octubre, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), una cita anual que nos recuerda que todos —obispos, sacerdotes, religiosos y laicos— somos llamados a ser “misioneros de esperanza entre los pueblos”, lema que ilumina este 2025 en el contexto del Jubileo de la Esperanza.

En toda Colombia, y especialmente en la Arquidiócesis de Tunja, este día es una oportunidad concreta para renovar nuestro compromiso con la misión universal de la Iglesia y para apoyar, mediante la oración y la colecta solidaria, a miles de misioneros que anuncian el Evangelio en los lugares más necesitados del planeta.

El corazón de la jornada: la colecta DOMUND

El DOMUND no es solo una fecha en el calendario. Es el día en que toda la Iglesia se une en una misma ofrenda. La colecta que realizamos hoy en nuestras parroquias tiene un destino profundamente evangelizador: sostener proyectos de misión en los cinco continentes, apoyar comunidades donde la Iglesia nace y crece entre dificultades, y ayudar a los misioneros que llevan esperanza donde hay sufrimiento y oscuridad.

Detrás de cada peso que se ofrece, hay una historia que cambia: una catequista en África que puede enseñar el Evangelio, un sacerdote en Asia que celebra la Eucaristía bajo un techo improvisado, una comunidad indígena en América Latina que recibe formación y alimento. Por eso, nuestra generosidad se transforma en misión. Cada aporte, por pequeño que parezca, se convierte en pan, en palabra, en consuelo y en esperanza.

La misión nos llama también aquí, en Tunja

El Papa Francisco ha recordado muchas veces que la misión comienza en casa, en nuestras comunidades, barrios, parroquias y familias. En este sentido, la Arquidiócesis de Tunja está llamada hoy a vivir el DOMUND con un doble compromiso:

Apoyar la misión universal a través de la colecta.

Reavivar la conciencia misionera local, saliendo al encuentro de los más pobres, los alejados, los que han perdido la fe o la esperanza.

Cada sacerdote está invitado a animar con fervor a su comunidad, explicando el sentido de esta jornada y haciendo visible el lazo que une a nuestra Iglesia particular con toda la Iglesia universal. Y cada fiel está llamado a ofrecer con alegría, sabiendo que su gesto solidario se une al de millones de católicos en todo el mundo.

Misioneros de esperanza: una invitación concreta

En este año jubilar, ser “misioneros de esperanza entre los pueblos” significa encender la luz del Evangelio allí donde reina la desesperanza. Significa mirar con compasión al hermano y tenderle la mano. Y significa también participar con generosidad en la colecta DOMUND, que es una expresión viva de esa esperanza que compartimos.

Sacerdotes: su palabra y testimonio son clave. Al presidir la Eucaristía del DOMUND, inviten con convicción a la ofrenda generosa, recordando que la misión es el alma de la Iglesia.

Agentes de pastoral, catequistas, jóvenes y familias: hagan visible su amor misionero; participen, compartan, motiven a otros.

Fieles laicos: hoy más que nunca, la Iglesia necesita de su colaboración para que el mensaje de Cristo llegue a los rincones más olvidados del mundo.

Un signo de comunión arquidiocesana

La colecta del DOMUND es también una expresión de comunión eclesial: lo que damos no lo damos solos, sino en nombre de la Iglesia de Tunja, que se une a las diócesis de Colombia y del mundo entero para sostener la misión universal. Cuando cada parroquia, cada comunidad, cada familia aporta con amor, la arquidiócesis entera se convierte en un signo visible de esperanza misionera. No se trata solo de donar dinero: se trata de entregar el corazón, de sentir que lo que sucede en Asia, África o en una selva amazónica también nos pertenece, porque somos un solo Cuerpo en Cristo.

El poder de un gesto generoso

Tal vez pienses: “mi ofrenda es pequeña”. Pero la fuerza del Evangelio no se mide en cantidades, sino en amor. El mismo Jesús alabó a la viuda pobre que dio todo lo que tenía. Hoy, cada ofrenda al DOMUND —grande o pequeña— tiene ese valor: es una semilla de esperanza que germina en otro lugar del mundo.

Ofrecer con generosidad no empobrece: ensancha el alma y enriquece la Iglesia. En este domingo misionero, haz que tu gesto hable por ti: que tu ofrenda sea oración, compromiso y anuncio del amor de Dios.

Vivir el DOMUND con espíritu jubilar

El Jubileo de la Esperanza 2025 nos invita a abrir las puertas del corazón. La misión es precisamente eso: salir, compartir, reconciliar, anunciar. Por eso, vivir el DOMUND en clave jubilar significa redescubrir la alegría de dar, la fuerza de la comunión y el valor del servicio.

La Arquidiócesis de Tunja, en comunión con toda la Iglesia, tiene hoy una hermosa oportunidad: hacer de esta colecta un signo de fe viva y de esperanza concreta.

Que este día misionero renueve en cada sacerdote, en cada familia y en cada comunidad, el ardor apostólico que brota del encuentro con Cristo y se traduce en amor al prójimo.

Nuestra misión comienza hoy

Hoy no es un domingo cualquiera. Es el DOMUND, el día de la misión universal.

Es el momento de abrir el corazón, de mirar más allá de nuestras fronteras, de hacer que la esperanza se vuelva concreta en una ofrenda generosa. Sacerdotes, animen con convicción. Fieles, ofrezcan con alegría. Que cada parroquia de la Arquidiócesis de Tunja sea hoy una lámpara encendida, testimonio vivo de comunión, solidaridad y fe. Recordemos que la Iglesia crece cuando comparte, y que la misión florece cuando la esperanza se traduce en gestos de amor.

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