El próximo 25 de julio, la Arquidiócesis de Tunja celebrará con gozo la fiesta de su santo patrono, el apóstol Santiago el Mayor, figura insigne del discipulado misionero y testigo del Evangelio hasta el martirio. Esta fecha no solo tiene un profundo valor litúrgico y espiritual, sino que en esta ocasión se enmarca en un contexto muy especial: el Jubileo de la Esperanza 2025 convocado por el Papa Francisco, una oportunidad privilegiada para renovar la fe, fortalecer la esperanza y reavivar la caridad.
En sintonía con el llamado jubilar de la Iglesia universal, la Arquidiócesis de Tunja celebrará en esa jornada el Jubileo de los Catequistas y Agentes de Pastoral, reconociendo en ellos a quienes, con generosidad y entrega silenciosa, han sostenido la vida evangelizadora de nuestras parroquias y comunidades. Será un día de gracia, reconciliación, comunión e impulso misionero para todos los servidores del Evangelio.
Santiago Apóstol, patrono de Tunja y protector de los catequistas
La figura de Santiago el Mayor tiene una resonancia particular en Tunja. No es casualidad que nuestra Catedral lleve su nombre, ni que la historia evangelizadora de esta Iglesia particular haya estado vinculada desde sus orígenes con la espiritualidad jacobea. Santiago, el hijo del trueno, el peregrino de la fe, el amigo íntimo del Señor, fue uno de los primeros en responder con radicalidad al llamado de Jesús: “Ven y sígueme”. Por eso es también el modelo del discípulo comprometido, del misionero apasionado, del catequista que forma en la fe, del agente pastoral que construye comunidad con su servicio silencioso.
Celebrar su fiesta, y hacerlo en el marco del Jubileo de la Esperanza, es dejarnos tocar por su espíritu, por su testimonio y por su misión. Es, en otras palabras, volver al corazón del Evangelio con la valentía del apóstol y el ardor del primer amor.
¿Qué viviremos el 25 de julio?
El Jubileo de los Catequistas y Agentes de Pastoral tendrá lugar el jueves 25 de julio en la Catedral Santiago de Tunja. La jornada comenzará a las 8:00 de la mañana con la celebración del sacramento de la reconciliación. Durante varias horas, sacerdotes de la arquidiócesis estarán disponibles para escuchar confesiones, permitiendo a los participantes prepararse espiritualmente y abrir el corazón al perdón y a la misericordia de Dios.
A las 11:00 de la mañana se celebrará la Eucaristía jubilar, presidida por el Arzobispo de Tunja, en la que se impartirá la bendición papal con indulgencia plenaria, para todos los que participen debidamente dispuestos: confesados, comulgando y orando por las intenciones del Santo Padre. En esa misa daremos gracias por el testimonio, la entrega y la perseverancia de nuestros catequistas, ministros extraordinarios, animadores de comunidad, líderes de grupos pastorales, miembros de equipos parroquiales y tantos otros servidores del Evangelio.
El Jubileo: un camino de renovación espiritual
El Jubileo no es un evento más en el calendario. Es una oportunidad de gracia que la Iglesia nos ofrece para renovar nuestra vida desde dentro. Es una “sacudida del alma”, como lo ha dicho el Papa Francisco, que nos ayuda a volver a lo esencial: el encuentro con Cristo, la fuerza del Espíritu, la vida de la comunidad. En este sentido, el Jubileo de los Catequistas y Agentes de Pastoral quiere ser un abrazo de Dios a quienes han abrazado el servicio a los demás. Es tiempo de detenernos, mirar hacia dentro, dejarnos sanar por Dios y volver a salir con esperanza renovada.
En una época de desafíos pastorales, secularización, cansancio espiritual o rutina, el Jubileo es ese aire fresco que oxigena nuestra misión. Es el descanso del alma que ha trabajado mucho, pero también el fuego que la vuelve a poner en camino. Es un acto de gratitud y, al mismo tiempo, una nueva partida.
Una arquidiócesis en camino sinodal y misionero
La Arquidiócesis de Tunja, desde hace varios años, viene impulsando un camino pastoral en clave sinodal y misionera. El rol de los laicos ha sido cada vez más reconocido y promovido, y los catequistas y agentes de pastoral han sido protagonistas esenciales en la evangelización, sobre todo en contextos rurales, en comunidades donde el sacerdote no puede estar con frecuencia o donde la vida cristiana se mantiene gracias al compromiso de los bautizados.
Por eso, este Jubileo también quiere ser un reconocimiento visible al rostro humilde y valiente de tantos hombres y mujeres que han entregado su tiempo, su sabiduría, su corazón y sus recursos al anuncio del Evangelio.
¡Que nadie se quede por fuera!
Invitamos a todos los párrocos, diáconos, seminaristas, religiosas, religiosos y fieles laicos a motivar en sus comunidades la participación activa en este Jubileo. Que ningún catequista se quede sin vivir este momento. Que ningún animador se pierda la oportunidad de recibir una caricia del Cielo. Que ningún servidor de la Iglesia deje pasar esta gracia.
Además, a través de los medios de comunicación arquidiocesanos —radio, redes sociales, grupos de WhatsApp y boletines parroquiales— se está difundiendo esta gran convocatoria, bajo el lema “Santiago nos llama”. Compartamos la invitación, hagámosla viral, convoquemos con alegría.
La fiesta de Santiago Apóstol es mucho más que una tradición: es una renovación profunda del alma eclesial, una fiesta de fe y de gratitud, un nuevo envío a la misión. En este Jubileo de la Esperanza, la Iglesia arquidiocesana de Tunja quiere abrazar, consolar, animar y enviar nuevamente a sus servidores.
El 25 de julio nos espera un encuentro con Dios, con la comunidad y con nosotros mismos. No faltemos a la cita. ¡Santiago nos llama!