El Vía Lucis
Reciban un cordial saludo en Cristo Jesús resucitado, luz del mundo y punto de partida de la fe y de la reflexión cristiana. Presentamos ahora el ejercicio del Vía Lucis o Camino de la luz. Del mismo modo que la piedad cristiana ha vivido y meditado en estos últimos siglos, especialmente en la cuaresma, el Vía Crucis o camino de la cruz, en los últimos años está surgiendo el ejercicio piadoso del Vía Lucis para ser meditado a la luz de la fe en el tiempo pascual.
Por medio de la cruz llegamos a la luz que es la resurrección del Señor y con la fuerza de la Resurrección recorremos nuestro camino de cruz y pasión. Así nos identificamos con el Cristo Total. Del mismo modo que el piadoso ejercicio del Vía Crucis ayuda a los Cristianos a vivir la cuaresma y a prepararse para la celebración del santo Triduo Pascual, meditando en la cruz de Jesucristo y en los sufrimientos que dieron paso a su muerte gloriosa, así el presente Vía Lucis quiere ayudar a vivir el tiempo de la resurrección y completar las dos caras inseparables del Misterio Pascual de Jesucristo, su muerte y Resurrección.
El Vía Lucis toma su fuerza de la lectura y meditación de la Palabra de Dios, pues el elemento central del mismo será la lectura o proclamación de los evangelios pascuales. Volver a leer, meditar y contemplar los evangelios pascuales y recrear así los momentos significativos de las escenas del Resucitado, será el modo de adentrarse contemplativamente en el misterio central de nuestra fe cristiana: El Misterio Pascual de nuestro Señor Jesucristo. El Vía Lucis nos invita a entrar en una espiritualidad pascual que recibe fuerza y dinamismo de Cristo, el Señor, resucitado y glorioso.
Unámonos en la oración y la meditación de este ejercicio piadoso, dando gracias a Dios por su infinito amor y encomendando nuestras vidas, para que, iluminadas por la luz del Señor resucitado, jamás vacilen en la vivencia del amor, el respeto mutuo, la fraternidad y la búsqueda de la paz. María Santísima, en la advocación de nuestra Señora del Milagro, interceda por nosotros y por nuestras familias.
P. Jaime Enrique Rodríguez Ramírez Vicario de Pastoral