El Reino de los cielos se parece a una fiesta, un banquete nupcial lleno de alegría. Pero los invitados… no quisieron ir. Se excusaron. Algunos hasta mataron a los mensajeros.
Jesús nos dice que Dios nos invita a algo hermoso: una vida con sentido, un Reino donde el amor es la norma. Pero muchos prefieren sus negocios, su rutina, su indiferencia.
Y aún entre los que entran, hay uno que no lleva el traje. ¿Qué significa eso? Que no basta con estar en la Iglesia: hay que vivir la fe vestidos de conversión, de compromiso, de amor auténtico.
Aplicación pastoral:
Reflexionar en comunidad: ¿respondemos con alegría a la invitación de Dios?
Catequesis sobre el bautismo como entrada al banquete.
Acciones concretas para integrar a los “alejados”.