Parroquia San Martín de Porres
Reseña Hitórica
La parroquia de San Martín fue creada en 1970 por Monseñor Luis Agusto Trujillo Arango, junto con San Martín de Porres, también se erigieron las parroquias en la ciudad de Tunja: San Francisco, Santo Domingo, San Antonio, Inmaculada Concepción y Santa Ana. El Párroco fundador fue el Padre Silverio Antonio Motta Ávila. Al iniciar el trabajo pastoral, se celebraba la eucaristía en el albergue infantil; como maestro principal de la construcción fue el Señor Agustin Gonzalez durante los 5 años que duró la construcción. El trabajo siempre fue comunitario iniciando por la casa cural, se realizaron diferentes actividades para recolectar los recursos para la construcción. El Señor Manuel Chaparro fue quien hizo la ornamentación para la Iglesia y para la casa cural con donaciones de la comunidad. El nombre de san “Martín de Porres” en honor a la comunidad dominicana, quienes en ese año celebraron el VIII centenario del natalicio de Santo Domingo de Guzmán.
INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA FIESTA DE SAN MARTÍN DE PORRES Y CONSTRUCCIÓN DE LA SEDE PARROQUIAL
Todos los años, en el segundo o tercer domingo del mes de noviembre se celebra la fiesta de San Martín de Porres, titular de la parroquia. El señor don Roberto Rodríguez, es el autor del cuadro óleo de San Martín de Porres, el que aparece en la gloria, con su hábito talar de Santo Dominicano, con un crucifijo en su mano izquierda y sobre su pecho, como para testimoniar su amor entrañable a Dios; con su mano derecha sostiene el instrumento de aseo permanente, la escoba, para recordarnos que debemos mantener siempre limpia la casa y el alma y el corazón para mejor servir a Dios, es un ejemplo también de humildad que se nos da y para hacernos comprender que una persona puede crecer en dignidad y en nobleza ante Dios y ante los hombres cuando realiza los oficios más modestos con sentido profundamente cristiano y con gran amor; de su cintura descuelga majestuoso un Santo Rosario, clara manifestación de su filial devoción y ardiente afecto a la Madre de Dios y Madre de la Iglesia, la Virgen María, y también es una demostración del conocimiento de los grandes misterios de nuestra salvación que el santo tenía; aparece en el mismo cuadro un niño desnudo y con semblante angelical portando en sus manos un ramo de rosas junto a los pies del glorioso San Martín de Porres, como queriéndonos decir que el cristiano debe despojarse del hombre viejo de pecado y revestirse de hombre nuevo según justicia y santidad verdaderas, y que ante Dios debemos de parecer con la inocencia de un niño para presentarle nuestra conciencia satisfecha por el cumplimiento de las buenas obras; es también un signo del amor de San Martín por la humanidad y para enseñarnos que el amor al prójimo debe estar en el mismo plano del amor de Dios; hay también dibujada una paloma, es el signo del amor del santo por la naturaleza de la que el hombre es el señor y a la que debe respetar, apreciar y cuidar para hacerse más imagen y semejanza de Dios.
La construcción de la Sede parroquial (Templo y casa cural) fue realmente obra de titanes: lo primero fue la búsqueda del sitio y del lote; luego la adquisición de los planos con sus correspondientes aprobaciones. Los planos fueron elaborados por el Ingeniero arquitecto Señor Gonzalo Patiño y por los señores Jorge Piñeros y Alejandro Castellanos ingenieros calculistas.
El Instituto de Crédito Territorial colaboró muchísimo, en un principio, con la dirección técnica de ingenieros topógrafos y constructores del sector; obsequió además herramientas de trabajo, y durante algún tiempo proporcionó varias veces algunos mercados, de servicio de cocina para todos los trabajadores que en forma generosa y espontánea venían por semanas a ayudar en la construcción del templo. Todas las personas que vinieron a trabajar lo hicieron con mucho entusiasmo y por un gran aprecio a la Iglesia Cristiana Católica.
Hay que destacar la generosidad de los fieles, hombres, mujeres, jóvenes y niños que proporcionaron su trabajo y materiales de construcción. Fue un ejemplo de solidaridad y de acción comunitaria el que presentaron todos los fieles católicos durante la construcción de esta sede parroquial de San Martín de Porres. Hoy muchos de esos buenos fieles que se destacaron por sus servicios en la construcción de esta sede parroquial, descansan en la paz del señor, y no reina ya el mismo espíritu que acompañó a la comunidad en un principio. La tarea es hacer crecer la fe, en la fraternidad y en el ambiente de piadosa oración a esta comunidad parroquial, ojalá que para construir el templo de Dios con piedras vivas que serían todos los fieles cristianos católicos pertenecientes a esta comunidad parroquial, se lograse despertar todavía más ese espíritu de alegría y entusiasmo conque se construyó el templo material.
EL MAESTRO ROBERTO RODRÍGUEZ (PINTOR) – Y SUS CUADROS ÓLEOS:
Para ornamentar de la mejor manera el templo parroquial, el Maestro Roberto Rodríguez, pintó en una forma esmerada y por un precio módico los siguientes cuadros: San Martín de Porres, la Virgen del Carmen, San Pedro Apóstol, la Sagrada Familia Cristo Resucitado, la Última Cena, El Santo Cristo Crucificado, La Inmaculada Concepción y la Santísima Trinidad. Todas estas son copias muy bien hechas de obras de grandes artistas, estos son recursos materiales para realizar dentro de la Iglesia maravillosas catequesis para todos los fieles y en especial los que más se interesan son los niños que se preparan para la primera comunión. Eterna gratitud al señor Roberto Rodríguez y a todas las personas, que proporcionaron su dinero para la adquisición de tan importantes obras y que son como una biblia abierta para el pueblo cristiano
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