Presentación

Presentación Carta Pastoral

A todos ustedes, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y de Jesucristo el Señor.

La finalidad de esta carta es, por una parte, invitarlo a un amor profundo y agradecido con Nuestro Señor Jesucristo y por su amada esposa, la Iglesia, y de otra parte, defender el rebaño que me ha sido confiado, según el consejo del apóstol Pedro: “Apacienten el rebaño que Dios les encomendó, cuidando de él de buena gana, como Dios quiere, no a la fuerza ni por ambición de dinero, sino con abnegación, no como dueños de aquellos que están a su cuidado, sino como modelos del rebaño, así, cuando aparezca el supremo Pastor recibirán la corona de gloria que no se marchita” (1Pedro 5, 2-4).

El apóstol Pablo despidiéndose de una de sus comunidades advertía: “Yo sé que después de mi partida se van a introducir entre ustedes lobos voraces que no tendrán compasión de rebaño, e incluso de entre ustedes mismos saldrán algunos que enseñarán doctrinas perversas para arrastrar a los discípulos detrás de sí. Por eso estén vigilantes” (Hechos, 20, 29).

Y el mismo apóstol San Pablo recomienda: “Estén pues, atentos para que nadie los seduzca con filosofías o argumentos estériles, y no en Cristo” (Col 2,8), “porque en efecto, vendrá un momento en el que los hombres no soportarán la sana enseñanza, sino que, arrastrados por sus propios deseos desordenados, se rodearán de maestros por el placer de oír novedades, y no sólo apartarán los oídos de la verdad, sino que también darán credito a las leyendas”(2Tm 4, 3-4).

Para evitar mal entendidos, me permito aclarar que estas reflexiones están dirigidas a los fieles cristianos católicos de la Arquidiócesis de Tunja. El propósito, es pues, invitarlo a salvaguardar la unidad e integridad de la fe en Jesucristo, con su Iglesia: Una, Santa, Católica y Apostólica y mantener la comunión plena con el sucesor de Pedro, el Papa Francisco y el Obispo legítimamente nombrado para esta Arquidiócesis y con los sacerdotes nombrados para pastorear las distintas comunidades parroquiales e instituciones de esta Iglesia Particular. Por lo tanto, lo aquí consignado, no pretende provocar polémicas ni va en contra de persona alguna.

Muy respetuosamente le pido leer con paciencia y reflexionar con espíritu de fe las siguientes líneas:

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