CONSAGRACIÓN

 

CANTO

Tú Reinarás

 

Bendición de la casa

A la hora prevista, los padres, hijos y amigos se reúnen en el sitio principal de la casa para la ceremonia. Si la casa aún no está bendecida, el sacerdote (o padre de familia), la bendice.

 

V./ Nuestro auxilio está en el Nombre del Señor.

R./ Que hizo el cielo y la tierra.

V./ El Señor esté con vosotros.

R./ Y con tu espíritu.

 

Oh Señor, Dios Altísimo, bendice + esta casa. Reine en ella la salud, la victoria sobre el pecado, fortaleza, humildad, mansedumbre y bondad de corazón.  Que quienes aquí habitan, puedan vivir según la plenitud de la ley de tu amor y con gratitud experimenten los beneficios  que de tí proceden. Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

Bendición del cuadro del Sagrado Corazón de Jesús.

(Cuando no sea posible la presencia del sacerdote)

 

Dios Todopoderoso y eterno, que quieres que al contemplar con los ojos corporales las imágenes de los Santos, nos animemos a imitar sus ejemplos y virtudes; te rogamos que te dignes bendecir y santificar esta imagen hecha en honor y memoria del Sagrado Corazón de Jesús, a fin de que cuantos te supliquen y te honren ante ella, obtengan de Tí ahora la gracia; y después, la eterna gloria por los méritos del mismo Cristo, Señor Nuestro, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Luego el padre de familia coloca la imagen del Sagrado corazón de Jesús en el lugar de honor, para rendir homenaje al Reinado de Amor de Jesucristo.

 

Lectura del Santo Evangelio Según San Lucas 

(Lc. 19, 1 – 10)

Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo. Quera era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.  Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista le dijo: “Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa”. Se apresuró a bajar y le recibió con alegría. Al verlo, todos murmuraban diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador.  Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: “Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo”.  Jesús le dijo: “Hoy ha entrado la salvación en esta casa”. 

Palabra del Señor

 

Credo de los Apóstoles

 

Oración universal

 

Dios Padre, rico en misericordia, que has manifestado Tu amor incondicional al género humano, por medio de Jesús quien desde su costado abierto nos comunica su amor, te dirigimos nuestras súplicas diciendo:

 

R/. Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

 

  1. Por la Iglesia, para que tenga la misma grandeza del corazón de Cristo y abra siempre sus puertas a todos lo hombres y mujeres que necesitan una palabra de esperanza. R/.
  2. Por todos sobre quienes recae la responsabilidad de hacer un mundo más justo.  Para que en favor de su propia humanidad, sean capaces de superar la complejidad de las estructuras y pongan como centro de sus intereses la dignidad de la persona. R/.
  3. Que nuestro corazón sea, como el de Jesús, un corazón paciente, capaz de transformar el mundo desde la no violencia y la ternura. R/.
  4. Que nuestro corazón sea, como el de Jesús, un corazón misericordioso y no caiga en la insensibilidad y la indiferencia ante el sufrimiento de la gente. R/.
  5. Que nuestro corazón sea, como el de Jesús, un corazón soñador, que supere todo individualismo teniendo como horizonte de su vida la lucha por el Reino de Dios en nuestra Sociedad. R/.

 

Padre nuestro…

 

Escucha, Padre, nuestra oración y convierte nuestro corazón para que sea semejante al corazón de Cristo. Amén.

 

Oración final

Oh Divino Corazón de Jesús, ven a morar entre nosotros, pues te amamos.  Visita nuestro hogar como una vez tú visitaste a tus amigos en Caná, Betania y el hogar de Zaqueo, el publicano.  Nosotros queremos poner nuestra familia bajo tu protección y tenerla en íntima unión contigo.

 

Oh Sagrado Corazón de Jesús, tú eres nuestro más fiel amigo.  Nunca nadie nos ha amado como tú lo has hecho. Y nosotros queremos amarte por aquellos que no te aman, ya que tú eres nuestro Dios y Salvador. Tú eres también nuestro Rey y Señor.  Ya que tantos desprecian tu realeza, queremos invocarla y que descienda sobre nuestra familia.  Toma tú posesión  de este hogar, donde reservamos un trono como lugar de honor para Tí.

 

Concédenos que hoy cuando entras a hacer parte de nuestra familia, podamos sentir una gran alegría y sea el principio de nuestra vida fiel e íntima contigo.  Queremos abandonar nuestro amor propio y amar a nuestro prójimo como Tú nos has amado y continúas amándonos.

 

Oh Divino Corazón de Jesús, concédenos pertenecer completamente a Tí, para que dando testimonio de tu amor, también otras familias puedan abrazar tu caridad y realeza.

 

Oh Inmaculado Corazón de María, modelo perfecto de fidelidad a Nuestro Señor y de unión con él, extiende y afianza, en nuestros corazones y en nuestras familias el reinado de la caridad, el reinado del Sagrado Corazón  de Jesús. Amén.



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